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Escritor: Geoff Johns
Artistas: Gary Frank, Ethan van Sciver, Ivan Reis, Phil Jiménez
Tintas: Joe Prado, Reis, Matt Santorelli, Frank
Colores: Brad Anderson, Jason Wright, Hi-Fi, Gabe Eltaed
Acompañado de un selecto grupo de artistas, Johns —cada vez mejor posicionado en las altas esferas de DC— nos presenta una historia guiada por la voz Wally West —extrañado por los fanáticos, pero curiosamente olvidado en la continuidad última de la editorial—. Es a través de él, un Speedster buscando volver a nuestro mundo, que comenzamos a conocer las claves que guiarán este proceso de compostura del Universo DC. Este proceso de recuperar lo perdido.
LOST
Fue por el año 1961 que Gardner Fox y Carmine Infantino publicaron el ya icónico "Flash" #123, dónde Barry Allen atravesaba la membrana de esta realidad y llegaba a una realidad alterna donde conocía al Flash original de los años cuarenta, Jay Garrick. Momento clave en la historia de DC y de los cómics en general, aquel número marcó el inicio de lo que hoy conocemos como el Multiverso y su consecuencia más famosa: las Crisis.
Aunque motivadas, en un principio, por la necesidad de recuperar antiguos superhéroes al “presente”; las Crisis pronto se volvieron imprescindibles para corregir los errores de continuidad que cada tanto se daban, siendo el más memorable de todos "Crisis en Tierras Infinitas" de 1985.
Hasta que llegamos a 2010, coronado por dos masivos eventos: "Final Crisis" de Grant Morrison y "Blackest Night" de Geoff Johns. ¿El paso siguiente? "Flashpoint", que Johns junto a Andy Kubert nos entregó en 2011 y que representó el fin de la continuidad de DC… una vez más.
Pero esta vez el riesgo fue muy alto: decididos a hacer tabula rasa, reiniciaron de cero todo el universo DC y el tiro les salió por la culata.
Algo se perdió en el intento. Los personajes que se nos presentaban ya no eran exactamente los mismos de antes. “Heroes that were legends became novices. Bonds between them were weakened and erased. Legacies were destroyed”, se lamenta West. En el recambio, se perdió algo extremadamente valioso: el legado.
LEGACY
Sin el rico background que significaban casi setenta años de historias, DC perdió parte de su espíritu… y de su público… y de sus ventas.
Decididos a recuperar todo aquello es que se ha planificado este "Rebirth", que, leído ya, nos confirman las palabras de Johns de que no se trata de reiniciar todo una vez más, sino de recuperar el pasado.
Por ello, tuvimos una suerte de prólogo en "Superman" #52 y "Justice League" #50, dónde la muerte del Superman de The New 52 —ciertamente, uno de los personajes más maltratados editorialmente en los últimos años— y el nacimiento de un nuevo Darkseid, junto con varias sub tramas planteadas, alcanzan su corolario en la muerte de Owlman por alguna fuerza misteriosa que, ahora reconocemos, está presente tras los sucesos que conformarán "Rebirth".
Y si fue en el terreno de los speedsters que inició todo, es justamente uno de ellos —ya lo mencionamos— quien intenta advertirnos sobre el legado olvidado.
Página tras página vemos a Wally West luchando por escapar de la Speed Force, mientras intenta acercarse a quienes él cree puedan ayudarle a volver.
Su viaje, en ese sentido, tiene la misión de alertarnos sobre lo olvidado, sobre la amenaza que se cierne y sobre cómo recuperar el amor.
LOVE
Que el amor es una gran fuerza universal es un cliché más que manoseado a estas alturas y, en nuestros tiempos escépticos y racionalistas, es casi anacrónico. Pero Johns, inteligentemente, apela a nuestro amor por los personajes con los que hemos crecido, por las antiguas historias que nos emocionaron.
El cómic abre y cierra con la imagen de un reloj. En las primeras páginas, el artefacto está estropeado. El tiempo se ha detenido. Algo traba su mecanismo. Al final, el reloj se recompone. Sólo que, en vez de avanzar, retrocede.
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Every second is a gift” reza una inscripción, y West lo sabe mejor que nadie. Ha visto cómo “alguien” ha robado diez años de la historia de nuestros superhéroes, y, más importante aún, ha robado relaciones, afectos y amores.
Las referencias a "Watchmen" de Moore y Gibbons no pueden ser más claras —aunque desconocemos el alcance y presencia que tendrá en la continuidad oficial—. Pero si en el cómic del brujo inglés, el tiempo avanza inexorablemente hacia una conclusión; aquí retrocede hacia… No lo sabemos aún.
Lo que sí sabemos tras estas más de ochenta páginas de "Rebirth" es que el olvido se ha asentado sobre la realidad de nuestros superhéroes. ¿Podrá revertirse el tiempo para recordar?
Es significativo que el más olvidado de todos sea Wally West, que se presenta ante Batman y ante Linda Park, entre todos, buscando que lo recuerden para volver a nuestro mundo. Pero ninguno de ellos puede hacerlo. Sólo alguien olvidado también, el legendario Johny Thunder de la Justice Society parece tener una chispa de claridad. Pero aquí también hay dolor que reprime la memoria.
Sólo cuando se encuentra con su mentor, Barry Allen, West puede escapar de la Speed Force y regresar: En una emotiva escena, cuando el ex Kid Flash se ha resignado a extinguirse, Allen lo recuerda y pronuncia su nombre.
Basta sólo eso. Un pequeño y portentoso gesto para volver a la vida.
LIFE
El cómic es rico en pequeños detalles que nos recuerdan esta vida pasada que, tras "Flashpoint", se alteró… o fue alterada.
Tenemos la carta de Thomas Wayne a su hijo —una carta que, dicho sea de paso, traspasó realidades—. Tenemos una probable Saturn Girl y su anillo de la Legión de Superhéroes buscando a Superman. Tenemos a Kord y Dr. Fate. Tenemos el Microverso descubierto por Ray “Atom” Palmer. Y tenemos a Pandora, cuya presencia guió los primeros tiempos de The New 52, significativamente vaporizada en una página que replica, viñeta a viñeta, la muerte de Roscharch en "Watchmen". Tenemos a un misterioso Mr. Oz. Tenemos, en fin, un montón de indicios sobre lo que fue, pero también sobre lo que se viene a continuación.
"Rebirth" es, esencialmente, un acto de recuperación de la esencia de lo que DC fue alguna vez y que se perdió durante los últimos años. Un volver a la vida.
Este número apela a los sentimientos que los fans tenemos por nuestros personajes, por sus historias. Nos dice que no se han perdido. Que están ahí y que ellos los recuperarán para nosotros.
Escrito magníficamente por Johns, "Rebirth" es una historia optimista. Tal vez han descubierto que gran parte del fallido intento de The New 52 estuvo en transformar a todos los superhéroes en unos seres grises y depresivos.
Es hora de volver a la luz y a las buenas historias. De hacer una declaración de principios. De entender que buscamos evadirnos siguiendo a estos hombres de capa y mallas. De realidad, ya tenemos bastante con sólo salir de casa.
Esperamos, como ávidos lectores que somos de DC Comics, que el intento sea exitoso.
Ya al leer este “DC Universe: Rebirth” #1, uno puede palpar algo nostálgico entre sus viñetas, algo evocador que nos llama también. Ahora todo queda en manos de los editores, escritores y artistas. Esperar que ellos sean capaces, como Barry Allen, de “recordar” y traernos de vuelta el tiempo que nos robaron.
FUENTE: http://www.elblogdebatman.com
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