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Editorial: DC Comics
Guión: Peter J. Tomasi
Artista: Patrick Gleason
Portada de: Patrick Gleason & Mick Gray
“Superman #1” es un número pausado, costumbrista y muy, pero que muy bonito, en el sentido literal del término. Teniendo en cuenta que 32 páginas no dan para mucho, la trama de este número está centrada en la familia de Clark y su vida cotidiana, y muy concretamente en Jon Kent, su hijo, puesto que el propio nombre del primer arco lo indica“The son of Superman”. De hecho, está tan centrado en el pequeño Jon, incluso desde el punto de vista narrativo, que casi parece que estemos ante el primer número de la próxima“Supersons”
Ante la tumba de Superman, el Superman pre-Flaspoint se despide de él, sabiendo que no hay opción para que este héroe regrese a la vida. Pero en su ausencia, el mundo necesita a Superman igualmente. Y tiene un nuevo Superman.
Clark y Lois Smith trabajan en su granja en el condado de Hamilton, mientras que su hijo Jonathan se muere de ganas de poder emplear sus poderes, ante lo que Clark le recomienda prudencia. Pero en un paseo por el campo, el pequeño Jonathan ve cómo a su gato lo atrapa un águila y, asustado y furioso, termina por fulminar al animal con su visión calorífica, pero terminando también con la vida de su gato. Además, una vecina de aproximadamente su edad ha presenciado la escena.
Durante la cena, los Smith reciben la visita sorpresa de la vecina, que se presenta como Kathy y les lleva unas botellas de leche de parte de su abuelo, con quien vive en la granja cercana. Clark no dice ni una palabra mientras Kathy está allí, y al marcharse discute con su padre sobre las mentiras que deben decir para ocultar quiénes son. Viéndolo alterado, Clark lo manda a su habitación.
Mientras Jon está arriba, en el porche aparecen dos nuevos visitantes mucho más sorprendentes que la anterior: Wonder Woman y Batman. Y Superman sale a recibirlo. Jonathan escucha palabras sueltas de la conversación en la que parecen hablar sobre niveles de poder, el Superman muerto y lo que Jon puede hacer. Al marcharse los dos visitantes, Superman sube a la habitación de Jon y le dice que le acompañe.
Me parece genial que Tomasi se tome su tiempo para presentarnos los nuevos personajes que forman parte esencial de la vida de Clark, y solo podemos esperar algo muy bueno de todo esto, teniendo en cuenta lo bien que se le da a Tomasi escribir historias de padres e hijos. Precioso homenaje y pararelismo con la infancia de Superman, quien hoy en día contra todo pronóstico lleva otra vez una vida de granjero, y le enseña a su hijo Jon todas las tareas propias de este trabajo y esta forma de vida, como hizo su padre Jonathan con él mismo. Y esto es lo mejor del cómic a nivel de guión, puesto que sin ser una maravilla en éste aspecto, solamente por eso merece la pena su lectura.
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