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Editorial: DC Comics
Guión: Greg Rucka
Artista: Liam Sharp & Paulo Siqueira
Portada de: Liam Sharp
Cuando nos enteramos de que Greg Rucka iba a volver a la colección regular de Wonder Woman en Rebirth, tras tantos años y tras una magnífica etapa que dejó atrás en 2006, supuso una grata sorpresa para todos los aficionados de DC Comics, y especialmente de la mujer maravilla. Y aquí lo tenemos, una vez más Rucka se pone a escribir lo que mejor sabe: historias sobre mujeres fuertes e interesantes. Y es que Rucka, tras unos años flojos, está en racha otra vez, con “Lazarus” y “Black Magick” como pruebas fehacientes de ello, y en DC han sabido aprovecharlo. Y tras leer este número, que tiene una apariencia de intrascendente y fútil, podemos decir sin miedo a equivocarnos: te echábamos de menos Greg.
Wonder Woman ha tenido una trayectoria irregular en los Nuevos 52, aunque a pesar de todo, mucho mejor que otros personajes de la editorial, como por ejemplo Superman o Green Lantern. Empezó con una magnífica etapa de Brian Azzarello y Cliff Chiang, que duró 35 números, muy centrada en la mitología griega, con unos originales diseños y versiones de los dioses griegos de Chiang. Recordada como una de las más memorables etapas del personaje, si no la mejor, cabe destacar ese fantástico número cero que da origen al personaje, y nos explica su relación con Ares, y en el que Wonder Woman pasa una prueba de fuego vital contra el Minotauro, que le hace convertirse en quién es hoy en día. Tras el final de la etapa de Azzarello, nos vinieron los Finch a brindarnos una intrascendente, lamentable y gracias a Dios breve etapa, que solo sirvió para dinamitar todo o que había construido Azzarello, llevándose a nuevos personajes por delante y recuperando otros tantos de forma absurda, para devolver a Wonder Woman a la aburrida continuidad inicial de siempre. Lo único destacable es el dibujo de David Finch, premiado ahora con la responsabilidad de dibujar “Batman” junto al patrio Mikel Janín, y el rescate de Donna Troy a la continuidad con nuevos e interesantes poderes. Es más, podemos decir que Geoff Johns ha aportado mucho más al personaje y a su mitología con “Darkseid War” en su Justice League. Quedan como prueba esa gran villana llamada Grail, la sorprendente revelación final que no voy a comentar por si aún no lo habéis leído, así como el peso como personaje narrador de toda la saga. Brillante Johns.
¿Y qué nos vamos a encontrar por lo tanto en este one-shot de Rebirth? Una transición a la nueva etapa, un puente, como todos estos números, pero muy bien construido. Rucka es capaz de resumirnos todo lo que ha pasado en estos cinco años en apenas veinte páginas. Y no lo hace de la forma en la que esperamos, puesto que más que mostrarnos qué ha ocurrido exactamente en la vida de Diana, nos muestra cómo se ha sentido ella, en qué le ha afectado todo lo que ha pasado y en quién se ha convertido. En este número, Wonder Woman tiene que enfrentarse a sí misma, aceptar todo lo que le ha ocurrido y superarlo sin olvidar nunca quién es. Y esto es un “rebirth” en toda regla. Con tantos reinicios del Universo DC ya no sabemos qué es verdad y qué es mentira, ni siquiera ella misma, que es la diosa de la verdad lo sabe, y aún con todo, Diana debe seguir adelante y luchar por descubrir la verdad y defender sus valores. Esto es lo que nos Rucka nos enseña con este número, y lo que le convierte en uno de los mejores, si no el mejor one-shot de “Rebirth” que ha salido hasta ahora.
En el apartado artístico tenemos a Matthew Clark en las primeras quince paginas, y a Liam Sharpque dibuja y entinta las cinco últimas. Aunque están algo lejos de la calidad de su predecesor, David Finch, ambos hacen un gran trabajo, especialmente Liam Sharp, al que favorece enormemente el color de Laura Martín, mientras que Jeremy Coldwell se encarga de darle color a las páginas de Matthew Clark. Es especialmente destacable el cambio de dibujante en concordancia con el cambio de tono de la historia, lo cual evidentemente es a propósito, y funciona muy bien. Y por supuesto, el diseño del nuevo traje de Wonder Woman es espectacular, especialmente la capa, que le da un toque de liderazgo y solemnidad que antes no tenía, así que enhorabuena a los dibujantes y a Rucka por ello. Enhorabuena por todo el número en general, porque Rucka nos demuestra que con algo tan sencillo y formalmente intrascendente como un one-shot de un evento que sirve de simple transición, se puede hacer algo brillante, sin traicionar el objetivo del mismo, y cumpliendo a la perfección su función, algo que no es ni mucho menos fácil.
Fuente: Zonanegativa.com
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